En el mundo del aprendizaje, existen dos enfoques principales para abordar la adquisición de conocimientos: la práctica distribuida y el cramming.
¿En qué consiste cada uno?
Práctica distribuida: Se caracteriza por espaciar las sesiones de estudio a lo largo del tiempo, dedicando periodos más cortos pero constantes al aprendizaje.
Cramming: Implica concentrar la mayor parte del estudio en un periodo corto de tiempo, generalmente justo antes de un examen o evaluación.
¿Cuál método es más efectivo?
La evidencia científica avala de forma contundente la práctica distribuida como la estrategia superior para un aprendizaje efectivo y duradero. Las investigaciones demuestran que:
Favorece una mejor retención de la información: Al distribuir el estudio a lo largo del tiempo, el cerebro tiene la oportunidad de procesar la información de manera más profunda, consolidándola en la memoria a largo plazo. Promueve una comprensión más profunda de los conceptos: Espaciar las sesiones de estudio permite asimilar mejor los contenidos, conectando ideas y relacionando conceptos de manera más significativa. Reduce el estrés y la ansiedad: El cramming suele generar altos niveles de estrés y ansiedad, lo que puede afectar negativamente el rendimiento académico. La práctica distribuida, por el contrario, permite un aprendizaje más relajado y menos agobiante. Desarrolla mejores hábitos de estudio: Al establecer una rutina de estudio constante, la práctica distribuida promueve la disciplina y la organización, hábitos esenciales para el éxito académico. ¿Por qué la práctica distribuida es superior?
El cerebro humano funciona de manera cíclica, alternando entre periodos de atención focalizada y consolidación de la memoria.
Atención focalizada: En este estado, el cerebro se concentra intensamente en la nueva información, procesándola y almacenándola en la memoria a corto plazo. Consolidación de la memoria: Durante el descanso y el sueño, el cerebro repasa y reorganiza la información almacenada en la memoria a corto plazo, transfiriéndola a la memoria a largo plazo para su retención a largo plazo. El cramming, al concentrar el estudio en un periodo corto, sobrecarga la memoria a corto plazo, dificultando el proceso de transferencia a la memoria a largo plazo.
En cambio, la práctica distribuida permite que el cerebro alterne entre los periodos de atención focalizada y consolidación de la memoria de manera óptima, maximizando la retención del aprendizaje.
En resumen:
Si tu objetivo es aprender de manera efectiva, profunda y duradera, la práctica distribuida es el camino a seguir.
Olvídate del cramming y adopta una estrategia de estudio que te permita espaciar tus sesiones de aprendizaje, consolidar los conocimientos a través del descanso y desarrollar hábitos de estudio saludables.
¡Con la práctica distribuida, alcanzarás el éxito en tu proceso de aprendizaje!