Lo que aprendí en esta clase fue que estudiar una vez no basta. El cerebro olvida rápido si no hay repaso ni práctica. Entonces, para retener lo que aprendo, necesito volver al contenido varias veces, hacerlo mío con ejercicios, tareas, charlas, y hasta enseñarlo. También entendí que repartir el estudio en varios días ayuda más que acumular todo en uno solo. Aprender no es memorizar por un rato, sino mantener vivo ese conocimiento con constancia y aplicación.