La hoy llamada gestión tradicional surgió como una necesidad de gestionar mejor las empresas que, debido a la segunda revolución industrial (1870 - 1914), empezaron a crecer en cuanto a tamaño y producción. Era el avance tecnológico de su época. El reemplazo del hierro por el acero y la máquina impulsada por vapor por aquella movida por electricidad generaron cambios en las organizaciones de esa época. El enfoque de gestión de arriba hacia abajo y el modelo burocrático acompañado de un excesivo control fueron la panacea para gestionar empresas que habían crecido de manera descomunal. Pero esa forma de gestión y manera de pensar persisten hoy en día en muchas empresas, aun cuando el entorno actual demanda cambios en la gestión organizacional. ¿Por qué? Creo que tiene que ver con la resistencia al cambio, no de las empresas, sino de las personas, porque son ellas las que las hacen. No es fácil afrontar el miedo al cambio, el miedo a dejar algo. Por otro lado, las instituciones educativas encargadas de formar a los nuevos gerentes, continúan enfocándose en enseñar los antiguos modelos de gestión como algo válido en las empresas de hoy. No se enfocan ni se profundiza en los nuevos modelos de gestión y de liderazgo que permitirían enfrentar mejor a las empresas modernas el ambiente tan cambiante y de incertidumbre que impera hoy en día, en especial el de aquellas empresas que están en la industria de la tecnología.