Para poner en orden las cosas y no abatirse, es esencial establecer una rutina clara y efectiva que incluya tiempo para el trabajo, ejercicio, hobbies y descanso. Planificar las tareas diarias y semanales, priorizando las más importantes, puede ayudar a reducir la sensación de sobrecarga. También es crucial aceptar que habrá días malos, pero estos no deben definir toda la semana. Mantener una mentalidad positiva, gestionar bien el tiempo y evitar la postergación son claves. Además, es importante establecer límites claros entre el trabajo y la vida personal, dedicando tiempo a las relaciones significativas y a actividades que proporcionen alegría y descanso.