Conceptualmente, la técnica Pomodoro es una gran idea en la organización del tiempo y la productividad. Ahora, en la práctica su gran atributo es la flexibilidad, puesto que conforme la naturaleza de la tarea a realizar, esos 25 minutos son netamente referenciales, y pueden ser 30 o 40, o incluso, dividir en sub tareas, o una gran tarea de una hora que de paso a descansos mayores. Lo importante es desarrollar la noción de que una tarea es sinonimo de nuestro conocimiento del tiempo invertido en su desarrollo y el mejor momento de la jornada en que estamos en condición de situarla para ejecutarla conforme su naturaleza compleja o simple. He ahí su valor.