Garantizar un sueño reparador, con un mínimo de 7 horas de descanso diario, es de vital importancia para propiciar la recuperación y revitalización de nuestro cerebro. Además, cultivar una práctica regular de actividad física no solo mantiene nuestro cuerpo en óptimas condiciones, sino que también estimula la agilidad mental y contribuye a un bienestar integral. Estas prácticas combinadas no solo promueven la salud física y mental, sino que también favorecen un rendimiento cognitivo óptimo en nuestras actividades diarias.