- Recordar En este primer nivel, mi enfoque fue recordar las bases del lenguaje: la sintaxis, las estructuras de control (como condicionales y bucles), y las funciones básicas. Al principio, mi objetivo era familiarizarme con los conceptos esenciales, como las variables, tipos de datos y operadores. Este nivel fue más sobre memorización y repetición.
Reflexión: Aquí, me di cuenta de que al principio no solo tenía que memorizar las reglas, sino entender para qué se utilizan. A veces, la memorización fue suficiente para avanzar, pero al mismo tiempo, al practicar con ejemplos simples, comencé a asociar esos conceptos con ejemplos reales.
- Comprender En este nivel, comencé a ir más allá de la memorización. Ahora no solo recordaba las reglas, sino que trataba de entender cómo se relacionan entre sí. Comprendí cómo se manejan los errores en el código, cómo la lógica fluye dentro de un programa y cómo diferentes estructuras interactúan.
Reflexión: Este nivel fue clave para consolidar lo aprendido en el nivel anterior. A medida que comenzaba a leer más sobre los conceptos, me encontraba entendiendo el propósito de cada función o estructura y cómo afectaba el comportamiento del código. No solo recordaba qué hacer, sino por qué lo hacía.
- Aplicar Aquí empecé a poner en práctica lo aprendido. Comencé a escribir mis propios programas, a resolver ejercicios y a hacer pequeños proyectos. Fue el momento de usar los conocimientos de la sintaxis y las estructuras para producir algo funcional.
Reflexión: Al principio, la aplicación fue desafiante. Sin embargo, logré adquirir confianza al construir programas sencillos, como un programa de cálculo o una calculadora. Este nivel me permitió ver el uso real de lo aprendido, y fue satisfactorio ver cómo mis programas funcionaban.
- Analizar En este nivel, me enfoqué en descomponer programas más complejos y entender cómo interactúan las partes. Comencé a analizar el flujo del programa, a ver cómo las funciones se interconectan y a identificar áreas de mejora o simplificación.
Reflexión: Aquí, me di cuenta de que a menudo era necesario revisar y repensar el código que había escrito para encontrar una solución más eficiente o correcta. Analizar el código también me permitió aprender a depurar, es decir, encontrar errores en mis programas y entender por qué ocurrían.
- Evaluar En este nivel, empecé a ser más crítico con mi propio código y el de otros. Evalué la eficiencia de las soluciones que había implementado, considerando factores como el uso de memoria o la velocidad de ejecución. También revisé otros proyectos para identificar mejores prácticas.
Reflexión: Evaluar no solo se trata de corregir errores, sino también de pensar en cómo mejorar el código a nivel general. Comencé a preguntar si mi solución era la más óptima o si podría simplificarla. Este nivel me ayudó a refinar mis habilidades y a evitar prácticas ineficientes.
- Crear Finalmente, en este nivel, mi objetivo fue crear algo desde cero utilizando lo aprendido en los niveles anteriores. Empecé a desarrollar proyectos más complejos, como una aplicación con interfaz gráfica o una API. La creación implicó tomar todos los conocimientos previos y utilizarlos para construir algo nuevo y útil.
Reflexión: Este fue el nivel más gratificante. Ahora, no solo estaba aplicando lo aprendido, sino creando soluciones completas. Al construir proyectos más grandes, me di cuenta de que podía combinar las herramientas aprendidas de manera creativa, adaptándome a nuevos retos y buscando siempre mejorar mi trabajo.
