La pirámide de Glasser ofrece una perspectiva intrigante sobre cómo los niños aprenden y cómo mejorar nuestro propio proceso de aprendizaje. Según esta pirámide, aproximadamente el 10% del conocimiento proviene de la lectura, el 20% de la audición, el 30% de la observación, el 50% de la combinación de ver y escuchar, el 70% de la discusión con otros, y el impresionante 90% surge cuando enseñamos a otros. Es importante recordar que estos porcentajes son aproximados y pueden variar según el individuo y la situación de aprendizaje. Sin embargo, la esencia radica en la idea de que al enseñar a otros, fortalecemos nuestro propio entendimiento y conocimiento del tema.