La teoría de William Glasser habla sobre cómo aprenden los niños y presenta una pirámide que sugiere diferentes niveles de impacto en el aprendizaje.
La pirámide resalta la importancia de la interacción y la participación activa, mostrando que los niños aprenden más cuando participan en discusiones, realizan actividades y enseñan a otros. Este enfoque alienta la participación activa y el aprendizaje.
El artículo sugiere que los niños aprenden el 80% de lo que hacen y el 95% de lo que enseñan a otros. Esto refuerza la idea de que fomentar la autonomía, permitir que cometan errores y alentar la enseñanza entre pares son estrategias efectivas para el aprendizaje.