Para mí, el éxito no se define únicamente por logros externos o reconocimientos materiales, sino por un estado interno de realización y virtud. Cultivando una mente tranquila y serena frente a los altibajos de la vida, y aceptando las circunstancias que no se pueden cambiar mientras se trabaja en mejorar aquellas que sí se pueden influenciar.
Pienso lograrlo definiendo metas y valores y adoptando una perspectiva más alineada, sé que requiere tiempo, práctica y paciencia. No exigirme demasiado y celebrar cada paso hacia el crecimiento y la autenticidad.