Aceptar la responsabilidad: Reconocer que el error es mio y no de los demás o del entorno. Al aceptar la responsabilidad, puedes dejar de culpar a otros y enfocarte en cómo puedes hacer las cosas mejor en el futuro.
Enfocarse en el aprendizaje: En lugar de centrarse en el error, céntraterse en lo que puedes aprender de él. Pregúntate qué puedes hacer diferente la próxima vez y cómo puedes evitar cometer el mismo error en el futuro.
Ser proactivo: En lugar de esperar a que alguien más te diga qué hacer, toma la iniciativa y busca soluciones por tu cuenta. Investiga en línea, busca la ayuda de compañeros de trabajo o amigos, o incluso busca un mentor o tutor que pueda guiarte en tu proceso de aprendizaje.