La Pirámide de Glasser explica que la cantidad de información que retenemos depende del modo en que aprendemos. Según este modelo, recordamos alrededor del 10 % de lo que leemos, el 20 % de lo que escuchamos y el 30 % de lo que vemos. Cuando combinamos la vista y el oído, la retención aumenta al 50 %. Aún más efectiva resulta la participación activa: recordamos aproximadamente el 70 % de lo que decimos, el 80 % de lo que hacemos y hasta el 95 % de lo que enseñamos a otras personas. La idea central es que cuanto más participativo y práctico es el aprendizaje, mayor es la comprensión y la retención del conocimiento, mientras que los métodos pasivos como la lectura o la escucha son menos efectivos.