La teoría de Glasser me ha enseñado que la forma en que aprendo varía según cómo recibo la información. Solo retengo un 10% de lo que leo y un 20% de lo que escucho, pero mi aprendizaje mejora cuando combino estos sentidos, llegando al 50% si veo y escucho al mismo tiempo.
Si discuto un tema con otros, mi aprendizaje aumenta al 70%, y si lo pongo en práctica, alcanzo un 80%. Sin embargo, la mejor forma de aprender es enseñando a alguien más, ya que así retengo hasta el 95% del conocimiento.
Esto me motiva a ser más activo en mi aprendizaje, hacer preguntas, experimentar y compartir lo que sé con los demás.