La Pirámide de Glasser resalta cómo retenemos información según la forma de aprendizaje. Las actividades pasivas, como leer y escuchar, tienen menor impacto, mientras que enseñar a otros y practicar activamente son las más efectivas. Promueve métodos participativos que fortalecen la comprensión, el aprendizaje significativo y la retención a largo plazo.