La teoría de Glasser sobre el aprendizaje de los niños se basa en una pirámide que muestra cómo nuestros sentidos afectan nuestro aprendizaje. La base de la pirámide es lo que más influye en nuestro aprendizaje y la parte superior lo que menos impacto tiene. En la parte superior, los niños aprenden un 10% de lo que leen y un 20% a partir de lo que escuchan. Aprenden el 30% de lo que ven y el 50% de lo que ven y escuchan. Aprenden el 70% de lo que discuten con otros y el 80% de lo que hacen. Finalmente, aprenden el 95% de lo que enseñan a otros. Las relaciones sociales son la base del aprendizaje de los niños, y el diálogo, la discusión y el descubrimiento son herramientas importantes para ayudar a los niños a adquirir nuevos conocimientos y desarrollar habilidades críticas.