La teoría de Glasser propone una pirámide de 5 niveles de aprendizaje: información, conocimiento, comprensión, aplicación y evaluación. Los niveles 3, 4 y 5 son los más importantes para un aprendizaje efectivo. Es fundamental que los estudiantes relacionen la información con su experiencia personal, apliquen los conocimientos a situaciones reales y evalúen su propio aprendizaje. La teoría destaca la importancia de que los estudiantes sean activos en su propio proceso de aprendizaje y los docentes creen un ambiente propicio para ello.