La Curva del Olvido de Ebbinghaus, propuesta por Hermann Ebbinghaus a finales del siglo XIX, muestra cómo la memoria se deteriora con el paso del tiempo si no se refuerza la información aprendida. Según sus experimentos, olvidamos rápidamente gran parte de lo estudiado en las primeras horas y días, y luego la pérdida de memoria se vuelve más lenta y estable.
El hallazgo central es que el olvido no es lineal: justo después de aprender, la retención es alta, pero sin repaso puede caer hasta la mitad en un solo día. Sin embargo, cada vez que repasamos el contenido, la curva se “reinicia” y el ritmo de olvido se reduce, permitiendo consolidar la información en la memoria a largo plazo.
recordamos mejor cuando revisamos varias veces lo aprendido, en intervalos bien distribuidos, en lugar de estudiarlo solo una vez.