Elegir una paleta de colores no es solo una decisión estética, sino estratégica. Los colores comunican emociones, influyen en la navegación y refuerzan la marca. ¿Qué queremos transmitir con nuestro diseño? ¿Confianza, energía, serenidad? Este proceso nos invita a pensar en el usuario y en cómo queremos que se sienta al interactuar con nuestro proyecto.