Reacción, Aprendizaje, Comportamiento y Resultados son los cuatro niveles fundamentales para evaluar una capacitación de forma integral. El desarrollo progresivo de cada uno de estos niveles es exigente y requiere tiempo, ya que no basta con que los participantes disfruten la formación (reacción), sino que también deben adquirir conocimientos (aprendizaje), ponerlos en práctica (comportamiento) y generar un impacto tangible en la organización (resultados). Medir estos aspectos a lo largo del tiempo permite tener una visión más clara del valor real de la capacitación y tomar decisiones informadas para mejorar los procesos de formación. Los datos recolectados en cada etapa son esenciales para justificar la inversión y orientar futuras estrategias de desarrollo.