El feedback emerge como una herramienta crucial en el camino del desarrollo, ya sea a nivel personal o profesional. Se constituye como el arte de brindar guía constructiva y recibir orientación valiosa. Tanto el acto de orientar a otros como el de ser orientado con sentido implican el despliegue de habilidades fundamentales que nutren el crecimiento y fomentan una mejora constante. En este intercambio de perspectivas y retroalimentación, se teje un tejido esencial para el avance y la evolución tanto a nivel individual como colectivo.