Estos hábitos reflejan el enfoque integral del Lifelong Learning, que implica no solo recibir retroalimentación (feedback), sino también:
- Aplicar lo aprendido en contextos reales.
- Conectarse con otros profesionales para intercambiar ideas y experiencias.
- Buscar orientación personalizada a través de mentores.
- Explorar múltiples fuentes de conocimiento, como libros, cursos, experiencias y conversaciones.