Una persona bien organizada sabe sintetizar las funciones que desplegará, establecer responsabilidades, gestionar las agendas y administrar los tiempos, el dinero y los materiales. Y, sobre todo, sabe que deberá adecuarse el proceso de trabajo en función de la posterior evaluación de los procesos y de los resultados de su trabajo.
- Identificar responsabilidades.
- Identificar reglas de funcionamiento, formales y no formales, de la empresa.
- Comprender las estructuras organizativas para ubicar cada uno en su lugar: De quién se depende, quién depende de ti, etc.
- Identificar las fases de un encargo o tarea
- Reorganizar, si es necesario, los planes previos La organización precaria es motivo de problemas en las empresas y también, por qué no, en el mismo hogar.