Ya estoy inscrito ¿Todavía no tienes acceso? Nuestros Planes
Ya estoy inscrito ¿Todavía no tienes acceso? Nuestros Planes
0
respuestas

Obsérvate a ti mismo

El hábito de escribir mis emociones comenzó como un simple ejercicio terapéutico, pero pronto reveló beneficios profundos: al plasmar en papel mis frustraciones diarias, no solo liberaba tensiones, sino que identifiqué patrones ocultos en mis reacciones (como que mi estrés laboral aumentaba los martes por las reuniones matutinas). Esto me permitió anticipar y gestionar conflictos, transformando mi ansiedad en soluciones prácticas. Además, descubrí que al anotar también mis alegrías cotidianas (un cumplido de un colega, el aroma del café de la mañana), mi mindset se volvió más positivo. Sin planearlo, este hábito se convirtió en mi "termómetro emocional", ayudándome a tomar decisiones más alineadas con mis valores y a comunicarme con mayor asertividad en mis relaciones. Ahora, cuando omito esta práctica, noto cómo se acumula el ruido mental.