Sí, he notado que ciertos hábitos generan beneficios más allá de lo evidente. Por ejemplo, cuando mantengo una rutina de sueño constante, no solo me siento con más energía, sino que también estoy más enfocado, menos irritable y rindo mejor en mis estudios y proyectos. Otro hábito que me ha traído muchas ventajas es organizar mi día con la técnica Pomodoro. No solo soy más productivo, sino que también reduzco la ansiedad al ver mis avances de forma clara. Estos hábitos me han demostrado que, al cuidarme en lo básico, todo lo demás fluye con más facilidad.