Dormir entre 7 y 8 horas permite que el cuerpo y el cerebro se regeneren, se consoliden las memorias y se regule el estado emocional. Cuando Martín duerme poco, su sistema entra en modo de alerta, lo que genera fatiga, irritabilidad y bajo rendimiento. En cambio, al dormir bien, su mente está más clara, su motivación aumenta y su jornada laboral se vuelve más eficiente.