Un hábito clave es aquel que, al ser desarrollado, puede influir positivamente en otras áreas de nuestra vida. Por ejemplo, realizar ejercicio físico diario no solo mejora la salud, sino que también puede promover hábitos alimenticios más saludables y aumentar la eficiencia en el trabajo. Este tipo de hábito no solo beneficia directamente, sino que también puede tener efectos positivos en múltiples aspectos de nuestro bienestar general.