En mi opinión, el siguiente paso para mantener la productividad con el método GTD es procesar lo que anotaste, es decir, revisar cada idea o pendiente y decidir qué hacer con ello: si requiere una acción inmediata, si debe agendarse para otro momento, archivarse como referencia o simplemente descartarse. Este paso es clave para evitar que se acumulen tareas innecesarias y poder enfocarse en lo realmente importante. Al organizar la información de forma clara, se reduce el estrés y se toma el control del tiempo y las prioridades, lo que sin duda mejora la productividad.