Buenas tardes. Este ha sido uno de mis grandes dilemas existenciales, no sé si por la ansiedad de abarcar mucho, por el entusiasmo de adquirir y combinar saberes dentro de un determinado período de tiempo o por sentir que a uno la vida se le va y hay cosas que nunca aprovechó, pero que quizá sus prioridades hagan que en este momento esas cosas no sean fundamentales o no se correspondan con el área de la vida en la que uno sí debería estar enfocándose.
Hasta el día de hoy tengo atragantado mi deseo por dedicarle tiempo tanto a la ilustración como a la escritura literaria/filosófica, pero mis prioridades, sin embargo, son las de sacar adelante mis estudios (sobre todo esta misma capacitación de Oracle) dado que fue el área en la que me embarqué a estudiar y donde sé que podría obtener mejores oportunidades para mejorar mi condición de vida y ayudar a los que quiero.
Ahora, por supuesto que esto no significa que lo demás desaparezca. Más bien lo contrario. Pero, con mis estudios (hoy es Oracle, quizá mañana sea otro programa o curso) solo me siento en condiciones de dedicarle un tiempo mínimamente decente a una de ambas pasiones (Ilustración o Escritura). Si trato de integrar ambas al ritmo de rutina actual que llevo, el tiempo que debiese dedicarle a cada una me deja "gusto a poco" (por cierto, la actividad de Escritura implica también leer, lo cual haría de ella 2 en 1). Entonces, siento que no puedo lograr demasiados avances en ambas sin darles el tiempo diario que creo que se merecerían.
Oí por ahí el término de "renuncia positiva", que según recuerdo tenía un propósito muy parecido al de las LISTAS DE ÉXITO: sintetizar o quedarse solo con aquellas alternativas que tú decides. Y al introducir el factor "decisión", al menos en mi caso, se dispara la paradoja de la elección, donde elegir una cosa es a la vez descartar otra/s.
En mi caso me resulta emocionalmente impensable elegir solo una de estas dos alternativas por cuestiones personales y de conexiones sentimentales que solo la experiencia es capaz de grabar. No exagero al decir que la idea se siente casi como un duelo o una pérdida. Por lo tanto, siempre tengo este conflicto de fondo de con cuál de las dos actividades quedarme y elegir para desarrollar y crecer en ella, y efectivamente, nunca acabo de definirme por ninguna y el tiempo pasa sin que no solo deje atrás a una de ellas, sino que se me pasen los años sin aprovechar a ninguna de las dos. He tratado de combinarlas, pero no he hallado un método muy eficiente de hacerlo. Siempre llega un punto en donde ambas se subdividen y requieren lecturas aparte y prácticas aparte. En fin.
A todo esto, como comentario contributor, creo que la imagen del multitareas se ha visto en parte fortalecida o romantizada por grandes íconos que en su momento dominaban varias disciplinas o fueron pioneros y grandes nombres dentro de más de un área del conocimiento a la vez. Da Vinci fue uno de ellos, y creo que uno de los más popularmente citados. Si bien su nombre tiene la capacidad de hacernos imaginar una paleta y un pincel en menos de una milésima de segundo, lo cierto es que destacaba por muchas cosas más (como inventor y escritor, entre otras más peculiares). ¡De hecho él reunía las dos que yo tanto anhelo! O... Bueno. Algo así. El punto es que su nombre es sinónimo de Polimatía, o sea, quien domina saberes de distintas áreas del conocimiento. La contraparte de lo que es un especialista, quien generalmente se especializa en una sola cosa o área, pero alcanza en ella una profundidad mucho mayor que la de un polímata en el total de sus incursiones.
Hay un par de sesgos que la gente suele desarrollar con respecto a polímatas como Da Vinci: el primero es creer que estas personas hicieron lo que hicieron y dominaron todo lo que dominaron al mismo tiempo y no por etapas más específicas a lo largo de sus vidas; el segundo, Da Vinci vivió durante El Renacimiento. Esto quiere decir que, al menos en ese caso en particular, para dominar una ciencia o disciplina (o al menos alcanzar un conocimiento decente en una) no era menester profundizar tanto como a día de hoy lo puede ser, ya que muchas de las ciencias modernas estaban, precisamente, apenas naciendo. (Demás está decir que eso no le quita ni un pelo de mérito por atreverse a tanto y tan diverso).
Para cerrar, añado un fragmento que se me quedó grabado del libro La Política de Aristóteles, en donde claramente este último quebró una lanza a favor de los especialistas... ¿o debería decir "Los OneThingers"?
"La naturaleza no hace nada precariamente, como hicieran los forjadores el cuchillo de Delfos, sino cada cosa con una única finalidad. Así como cada órgano puede cumplir su función de la mejor manera cuando no se le somete a varias actividades, sino a una sola".
¡Saludos!
