Entre formatos, curvas de olvido y demás, creo que como estudiantes nos tenemos que asimilar como el proverbial Sisifo, cuya moraleja nos persigue a todos los que vamos por el camino del aprendizaje estudiantil. Pienso que, por la sanidad del estudiante, más allá de los métodos, las tesis y otros que forman parte del gran esquema que entendemos como el estudio del aprendizaje, hay algo que siempre se deja de lado y pocas veces se revisa como un factor para lograr que el conocimiento sufra de una absorción exitosa: la calidad del aprendizaje. Se pueden abordar todos los formatos, se puede ser doctorante en Teoría de Flujo o Aprendizaje Colectivo o Por Competencias, sin embargo, mucho del contenido que se ofrece para aprender, incluyendo aquel que proveen las compañías privadas de la educación, carece de rigor y parece que está elaborado "al vapor". Preferiría que en el futuro, se tenga en cuenta que es más valioso el libro bien escrito y consistente, que el vídeo rimbombante y hueco.