En varias ocasiones, me he encontrado enfrentando problemas que parecían insolubles durante días. Sin embargo, en momentos de lucidez o incluso en momentos de revelación, he logrado encontrar la solución. Curiosamente, en algunas instancias, la respuesta tan anhelada me llegó incluso durante el sueño, como si mi mente estuviera trabajando en segundo plano para resolver el dilema. Este fenómeno ha destacado la capacidad del cerebro para procesar información y generar soluciones, incluso cuando no estamos activamente enfocados en el problema.