Mindset fijo: Es como tener un jardín pequeño y cerrado, con solo unas pocas plantas. Crees que ese es el límite de tu jardín, que no puede crecer más. Si intentas plantar algo nuevo, te frustras porque crees que no hay espacio o que no tienes las habilidades para hacerlo. Mindset fijo: Si tienes un mindset fijo, te rindes fácilmente cuando las cosas se ponen difíciles. Te sientes limitado en tus capacidades y no te atreves a explorar nuevas áreas. Es como si tuvieras miedo de salir de tu pequeño jardín y explorar el mundo. Mindset de crecimiento: Si tienes un mindset de crecimiento, te enfrentas a los retos con entusiasmo. Sabes que puedes aprender y mejorar, incluso si no eres bueno en algo al principio. Es como si tuvieras la confianza de explorar el mundo y plantar nuevas flores en tu jardín.