El mindset de crecimiento se enfoca en creer que las habilidades y la inteligencia se pueden desarrollar con esfuerzo. A diferencia del mindset fijo, promueve la persistencia, el aprendizaje continuo y la superación de desafíos. Adoptarlo impulsa el aprendizaje y el desarrollo personal, ayudando a enfrentar desafíos con confianza. Estrategias como establecer metas, buscar feedback y mantener la motivación son clave. Su impacto se refleja en el desarrollo de habilidades, la resiliencia y la adaptabilidad en la vida profesional y personal, siendo fundamental para el éxito y el bienestar a largo plazo.