Si dividimos una habilidad en partes más pequeñas o fragmentos llamados chunks (piezas de información pequeñas), la comprensión puede facilitarse y el aprendizaje podría tener mayor probabilidad de asentarse o consolidarse.
O sea que sería posible que recordemos una idea macro más fácilmente, que pueda absorberse o aprenderse más fácilmente.
Dividiendo una tarea o actividad en pasos el aprendizaje se facilita.
El progreso o evolución en el aprendizaje lo podemos medir si evaluamos cada segmento.
Podemos evaluar cuánto pudimos practicar, cuánto tiempo dedicamos a alcanzar un objetivito en la semana y debido a eso, cuál fue el resultado que obtuvimos. Cuánta satisfacción nos generó.
Podemos evaluar en qué necesitamos mejorar. Podemos evaluar también si necesitamos cambiar la forma, modalidad o estilo de aprendizaje.
En conclusión, sería una forma de saber cómo nos está yendo en nuestras metas y en el caso de haber establecido un plan de acción, de ser necesario también podríamos modificarlo.
El plan de acción se puede ajustar. El horario de estudio se puede cambiar.
Las metas deberían siempre ser alcanzables y realistas. ¡Son objetivos que nosotros nos propusimos!
¡Éxitos a todos!