Para mí, la zona de estrés aparece todos los días desde la pérdida de un ser querido. Es como si la vida hubiera cambiado por completo, y a veces parece que perder el sentido de continuar con las tareas que antes me apasionaban o disfrutaba. La pregunta más importante es cómo salir de esta situación, ya que esa es la clave para seguir adelante. Sin embargo, encontrar el camino para hacerlo es lo más complicado, y de ahí surge mi estrés y la falta de claridad para perseguir mis objetivos.