Mi rutina de aprendizaje consiste en comenzar el día planificando lo que voy a estudiar, enfocándome en un tema claro. Luego, estudio durante 25 a 30 minutos sin distracciones y hago una pausa activa de 5 a 10 minutos para descansar y dejar que el cerebro procese. Después, repaso o practico lo aprendido mediante ejercicios, resúmenes o explicaciones en voz alta. Al finalizar, reflexiono brevemente sobre lo que entendí, lo que me costó y cómo mejorar para el día siguiente. Esta rutina me permite avanzar con constancia y hacer del aprendizaje un hábito efectivo.