En la clase se destacaron varias estrategias efectivas para combatir la dilación y mejorar la productividad:
Es posible combatir la dilación mediante técnicas y hábitos específicos que favorezcan la concentración y la disciplina.
Se enfatizó la importancia de enumerar las tareas diarias como un primer paso para mantenerse organizado y enfocado en las prioridades del día.
Dividir el trabajo en tareas más pequeñas fue recomendado para hacer las metas más alcanzables y reducir la sensación de abrumo. Tomar descansos periódicos también se mencionó como una manera de mantener la energía y la concentración a lo largo del día.
Crear un ambiente de trabajo favorable implica tener un espacio ordenado y libre de distracciones, así como establecer rutinas que promuevan la concentración y el bienestar personal.
Establecer recompensas para mantenerse motivado fue resaltado como una técnica eficaz para celebrar los logros y mantener el impulso hacia la consecución de metas a largo plazo.
En resumen, la clase proporcionó herramientas prácticas para vencer la dilación, desde la planificación detallada de tareas hasta la gestión efectiva del tiempo y el mantenimiento de la motivación a través de incentivos adecuados.