Para quien lo lea y para ponerlos en contexto, yo cursaba el verano de geometría descriptiva en la carrera de Arquitectura, ese semestre la clase estuvo a cargo de un arquitecto, un señor con trayectoria, no lo digo con el afán de denotar su edad, sino que esto tomara importancia más adelante, al paso de los días me fui dando cuenta que la clase no era del todo cierta, había un error de compresión, no era de parte del libro, pues yo lo poseía, era más bien del arquitecto y como llegaba al resultado.
Los días pasaron y mi inquietud llegó a oídos de mis compañeros, muchos compartieron mi ideal, pero cuando le hicimos llegar el problema al arquitecto este reaccionó de forma negativa, aludiendo a que como él podía equivocarse, más bien nosotros estábamos mal, esto hizo abandonar a mis compañeros el ideal compartido, y justificándose con: " Lo hagamos como él dice, total nosotros sabemos que él está mal y que ya conocemos la forma correcta", sin embargo no soy de los que sigue un ideal erróneo así que me di a la tarea de corroborar mi información y de ser correcta abordar al arquitecto y enfrentarlo en un debate Los días pasaron y mi inquietud llegó a oídos de mis compañeros, muchos compartieron mi ideal, pero cuando le hicimos llegar el problema al arquitecto este reaccionó de forma negativa, aludiendo a que como él podía equivocarse, más bien nosotros estábamos mal, esto hizo abandonar a mis compañeros el ideal compartido, y justificándose con: " Lo hagamos como él dice, total nosotros sabemos que él está mal y que ya conocemos la forma correcta", sin embargo no soy de los que apacigua su inquietud tan fácilmente, y muchos menos viniendo de una verdad falsa, así que me di a la tarea de corroborar mi información y de ser correcta abordar al arquitecto y enfrentarlo en un debate.
Cabe recalcar que una de mis compañeras (Andrea) se aventuró a buscar la solución a este embrollo junto conmigo; así que por lapsos de tiempos, nos dedicábamos a leer, investigar y debatir y conforme iban avanzando los días íbamos entendiendo un poco más y desmintiendo aquello que era falso, hasta que llegó un punto en el que la comprensión de ambos se vio frenada por un problema que era de vital importancia para concluir la respuesta
Es retrospectiva, ahora que lo veo, estábamos saliendo de aquella zona del entusiasmo, del poder demostrar que estábamos bien y pensar que todo era fácil; a la zona del estrés... Entonces las siguientes horas se convirtieron en días en donde por más que leíamos y pensábamos, no lográbamos aterrizar aquella idea, el problema crecía más y más y nuestra paciencia se hacía menos, yo caminaba dando vueltas leyendo el mismo problema, desesperado apuntaba abandonar aquel ideal que nos había llevado a este punto, recuerdo que esa tarde mi compañera y yo estábamos cada quien en sus casas, por momentos yo le hablaba o le escribía si ya había entendido algo y viceversa, en ambos casos las respuestas siempre eran negativas... al borde del mi colapso y con ganas de resignarme, entró una llamada inesperada, era mi compañera y me dijo presurosamente "ya le entendí, ya le entendí" enseguida una luz de esperanza llenó mi corazón y mi mente, sentí, como cuando algún genio decía Eureka y eso que aún no había escuchado la respuesta, así que le pedí presurosamente que me explicara, me dijo que no sabía cómo expresarse pero yo le dije hablara a como ella fuera pensando, que yo le entenderia.
Fue entonces que con sus palabras y un poco de comprensión entendería la respuesta a aquel problema tan simple pero tan grande, entendido lo anterior todo cobró más sentido y aún más fuerza para defender aquello que me hizo emprender todo esto; ya para no hacer más largo esto, fue un día viernes por la tarde, que el arquitecto y yo encaramos un debate que duro 4 horas, uno, en el que cada quien defendió su pensamiento, y más que eso parecía ser por orgullo, al final y con una actitud molesta, salió el arquitecto diciendo, hasta aquí lo dejamos, mañana lo vemos, al día siguiente el arquitecto se disculpó personalmente con el jefe de grupo, y reiteró su compromiso para con el grupo de enseñar siempre lo correcto aceptando su error, desde ese momento se refería a mí con lejanía y después de eso nunca volvimos a hablar.
Reiterando lo anterior, es el ejemplo personal más presente de cuando salí de mi zona de confort, pues de lo contrario me hubiera conformado como mis demás compañeros (menos Andrea), entusiasmado por conocer muy bien el tema y demostrar la verdad, pasé por la zona del estrés y finalmente lo pude comprender y aprender.
