Esta clase me recordó que tener metas no es suficiente, lo importante es que estén bien diseñadas. Con el método SMART, cada objetivo se vuelve más tangible, medible y conectado con nuestro propósito. Aprendí que una meta clara y temporal transforma el deseo en acción concreta, y que tanto en lo cotidiano como en lo profesional, tener dirección clara es lo que marca la diferencia entre avanzar o estancarse.