La frase de Peter Drucker, "Lo que se puede medir, se puede mejorar", resalta la importancia de la medición como base para el progreso. Esta idea subraya que, para mejorar un proceso, comportamiento o resultado, primero es necesario comprenderlo mediante datos concretos y objetivos. Medir permite identificar fortalezas, debilidades y áreas específicas que requieren atención, convirtiéndose en el primer paso hacia el cambio y la innovación.
Sin embargo, es fundamental reconocer que no todo lo valioso es fácilmente cuantificable. Aspectos como la creatividad, la empatía o la satisfacción personal pueden ser difíciles de medir con precisión, pero no por ello menos importantes. La frase, por tanto, nos invita a reflexionar sobre cómo equilibrar las métricas cuantitativas con la apreciación de cualidades más intangibles, asegurando que nuestras mejoras sean tanto efectivas como significativas.