Nunca había utilizado los mapas mentales de forma intencional, pero al aplicarlos en mi estudio de Fundamentos de Programación descubrí su verdadero valor. Me permitieron organizar los conceptos complejos —como variables, estructuras de control y funciones— de una manera visual y clara. Lo que antes parecía abrumador, se volvió comprensible al tener todo en un mismo lugar. Ya no los veo como simples esquemas bonitos, sino como herramientas poderosas para pensar con orden y preparar mis exámenes con más enfoque y eficiencia.