Bienvenidos a ENERGIA EN OFICINA
Este espacio nace con la idea de recordarnos que la salud no es solo cuestión de dietas o rutinas exigentes en el gimnasio, sino también de pequeños hábitos diarios que nos hacen sentir mejor, con más energía y equilibrio. Aquí encontrarás consejos simples y prácticos para cuidarte incluso en medio de la rutina más ajetreada. Hoy hablaremos de un tema que muchos vivimos: el sedentarismo en el trabajo de oficina y cómo podemos darle la vuelta con movimiento y buena alimentación.
- El lado oculto del sedentarismo en la oficina
Pasar largas horas frente a la computadora puede parecer normal en nuestro día a día, pero nuestro cuerpo lo resiente. Estar sentado mucho tiempo no solo trae molestias como dolor de espalda o tensión en el cuello, también nos roba energía, nos hace sentir más pesados y disminuye nuestra concentración.
La buena noticia es que no necesitas un gimnasio para contrarrestar esto: con simples pausas y elecciones inteligentes, puedes marcar la diferencia.
- Pausas activas: tu mini recarga durante la jornada
Moverte un par de minutos cada hora es como presionar el botón de reset para tu cuerpo y tu mente. Aquí algunas ideas fáciles que puedes probar en la oficina o en casa:
Estira tu cuello y hombros con movimientos suaves, liberando la tensión acumulada.
Dale un respiro a tus muñecas con giros circulares, perfecto si usas mucho el teclado.
Levántate y camina: aunque sea alrededor de tu escritorio, tu circulación lo agradecerá.
Haz 10 sentadillas o elevaciones de talón para activar piernas y glúteos.
Respira profundo: un minuto con los ojos cerrados y respiraciones largas puede devolverte calma y claridad.
Son microacciones que, sumadas a lo largo del día, te hacen sentir más ligero y con más vitalidad.
- Snacks y bebidas que te dan energía sin culpa
La tentación de comer galletas o tomar café en exceso es real, pero hay opciones más saludables que te mantendrán despierto y satisfecho:
Frutas frescas como manzanas, uvas o frutos rojos: dulces, ligeras y llenas de fibra.
Frutos secos (almendras, nueces, pistachos): un puñadito basta para tener energía duradera.
Yogurt natural con avena o semillas de chía: combina proteínas y fibra, ideal para media mañana.
Barras caseras de avena con un toque de miel o cacao sin azúcar.
Infusiones o té verde: hidratantes y con antioxidantes, perfectos para sustituir el café de la tarde.
Agua infusionada con limón, pepino o hierbabuena: refrescante y llena de sabor.
Estos snacks no solo te ayudan a mantenerte activo, también evitan la pesadez y el bajón de energía típico de los alimentos ultraprocesados.
En resumen: no necesitas grandes cambios para cuidar de tu salud en la oficina. Con pausas activas, snacks ligeros y un poco de consciencia sobre tu rutina, puedes darle a tu día ese boost de energía que tanto necesitas.