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Manos a la obra: creando contenido para un blog de alimentación saludable

Bienvenidos a ENERGIA EN OFICINA

Este espacio nace con la idea de recordarnos que la salud no es solo cuestión de dietas o rutinas exigentes en el gimnasio, sino también de pequeños hábitos diarios que nos hacen sentir mejor, con más energía y equilibrio. Aquí encontrarás consejos simples y prácticos para cuidarte incluso en medio de la rutina más ajetreada. Hoy hablaremos de un tema que muchos vivimos: el sedentarismo en el trabajo de oficina y cómo podemos darle la vuelta con movimiento y buena alimentación.

  1. El lado oculto del sedentarismo en la oficina

Pasar largas horas frente a la computadora puede parecer normal en nuestro día a día, pero nuestro cuerpo lo resiente. Estar sentado mucho tiempo no solo trae molestias como dolor de espalda o tensión en el cuello, también nos roba energía, nos hace sentir más pesados y disminuye nuestra concentración.
La buena noticia es que no necesitas un gimnasio para contrarrestar esto: con simples pausas y elecciones inteligentes, puedes marcar la diferencia.

  1. Pausas activas: tu mini recarga durante la jornada

Moverte un par de minutos cada hora es como presionar el botón de reset para tu cuerpo y tu mente. Aquí algunas ideas fáciles que puedes probar en la oficina o en casa:

Estira tu cuello y hombros con movimientos suaves, liberando la tensión acumulada.

Dale un respiro a tus muñecas con giros circulares, perfecto si usas mucho el teclado.

Levántate y camina: aunque sea alrededor de tu escritorio, tu circulación lo agradecerá.

Haz 10 sentadillas o elevaciones de talón para activar piernas y glúteos.

Respira profundo: un minuto con los ojos cerrados y respiraciones largas puede devolverte calma y claridad.

Son microacciones que, sumadas a lo largo del día, te hacen sentir más ligero y con más vitalidad.

  1. Snacks y bebidas que te dan energía sin culpa

La tentación de comer galletas o tomar café en exceso es real, pero hay opciones más saludables que te mantendrán despierto y satisfecho:

Frutas frescas como manzanas, uvas o frutos rojos: dulces, ligeras y llenas de fibra.

Frutos secos (almendras, nueces, pistachos): un puñadito basta para tener energía duradera.

Yogurt natural con avena o semillas de chía: combina proteínas y fibra, ideal para media mañana.

Barras caseras de avena con un toque de miel o cacao sin azúcar.

Infusiones o té verde: hidratantes y con antioxidantes, perfectos para sustituir el café de la tarde.

Agua infusionada con limón, pepino o hierbabuena: refrescante y llena de sabor.

Estos snacks no solo te ayudan a mantenerte activo, también evitan la pesadez y el bajón de energía típico de los alimentos ultraprocesados.

En resumen: no necesitas grandes cambios para cuidar de tu salud en la oficina. Con pausas activas, snacks ligeros y un poco de consciencia sobre tu rutina, puedes darle a tu día ese boost de energía que tanto necesitas.