Las distracciones internas y externas afectan directamente nuestra productividad. El método Pomodoro es útil para mantener el enfoque, pero también es importante saber cómo manejar interrupciones como preguntas de compañeros o notificaciones. Lo que me ha servido es anotar las tareas que surgen durante el trabajo y dejarlas para después, a menos que sean urgentes.
También aprendí que establecer límites claros con los demás es esencial, pero ser flexible y comprensivo al mismo tiempo es clave para mantener una buena comunicación dentro del equipo. Crear un entorno de trabajo donde todos respetemos los momentos de concentración beneficia a todos.
Creo que aplicar estas estrategias ayudará a mejorar tanto la productividad individual como la colaboración en cualquier equipo.