Crero que a veces no estamos preparados para realizar ciertos retos. Me pasó hace más de un año, de un día a otro quedé a cargo en una sección de la empresa que la verdad no me motivaba y tampoco me gustaba. Esos dos puntos fueron la base para el fracaso, ya que a pesar de poner todas las ganas, y rendir por un tiempo de manera satisfactoria. Finalmente el estres realizó una buena tarea para derrumbar todo lo que se había logrado hasta ese minuto. Aparte de eso, fallé en mis habilidades sociales para el manejo de conflictos que siempre están presentes en el clima laboral. A veces el objetivo productivo debe pasar a segundo plano, cuando se está perdiento terreno en la motivación para realizar alguna tarea o trabajo. Creo que se puede amar algo que en su momento no te gustaba, simplemente es necesario re inventar nuestras emociones.