Una de las estrategias más efectivas es la división de la información en bloques de conocimiento y su integración en diferentes formatos de aprendizaje. Al desmenuzar la información en bloques más pequeños y fáciles de procesar, se facilita la absorción y retención de los conocimientos. Esto también permite la integración de diferentes formatos de aprendizaje, lo que a su vez favorece la adhesión de los conocimientos en el tiempo. Al adoptar esta estrategia, se pueden crear bloques de conocimiento compactos que se ajusten a las necesidades individuales de cada estudiante, lo que les permitirá adquirir el conocimiento de manera efectiva y sostenible en el tiempo.