Este fragmento resume perfectamente una de las principales limitaciones del modelo Waterfall: su rigidez. Una vez que los requisitos están aprobados, el proyecto sigue un camino lineal y secuencial, lo que impide adaptarse a nuevas ideas, cambios del mercado o ajustes del cliente. Aunque esta estructura puede parecer segura al inicio, en entornos dinámicos como el desarrollo de software, puede convertirse en un obstáculo para entregar valor real. Por eso Agile propone ciclos cortos, entregas incrementales y retroalimentación constante, permitiendo que el proyecto evolucione junto con las necesidades del cliente.