En lugar de enfocarte solo en ideas, el verdadero desafío es llevarlas a la práctica. Para ello, es crucial resolver problemas importantes, no solo inconvenientes menores.
Un buen plan debe considerar lo siguiente:
Análisis del mercado: Evalúa el atractivo y tamaño del mercado, y si tu público objetivo está dispuesto a adoptar tu producto o servicio.
Segmentación del público: Enfócate en un grupo específico de clientes con necesidades similares para simplificar el desarrollo y la entrega.
Viabilidad financiera: Confirma que el margen de ganancia neto de tu negocio justifica el esfuerzo. Asegúrate de que los ingresos superen la inversión a largo plazo.
Frecuencia de compra: Analiza qué tan a menudo los clientes volverán a comprar tu producto o servicio, ya que esto impacta la sostenibilidad.