Sobre la metodología en general, aprendimos que:
Primero, es necesario priorizar las tareas. Después de priorizar, se debe definir el plan/flujo de trabajo, para lograr dividirlo en etapas. Cuando se completa una etapa, es importante obtener retroalimentación de tu cliente. Con esa entrada (retroalimentación) es posible hacer cambios en el flujo hasta eliminar tareas que ya no sean necesarias.