La zona de confort es un estado en el que nos sentimos cómodos y seguros, pero también limitados en nuestro crecimiento. La zona de aprendizaje es donde ocurre el crecimiento y la evolución personal y profesional. Para progresar y alcanzar nuestras metas, necesitamos salir de nuestra zona de confort y adentrarnos en la zona de aprendizaje, lo cual puede ser un desafío y generarnos estrés.
Es importante enfrentar este estrés y salir de la zona de confort, ya que es allí donde se encuentra el estado de flow, un estado de concentración y productividad óptimo. Además, la dirección en la que nos movemos es más importante que la velocidad, lo que significa que debemos establecer hábitos y rutinas que nos lleven hacia nuestros objetivos, aunque sea a un ritmo moderado.
Sin embargo, existen distractores que pueden dificultar nuestro progreso, como los malos hábitos, la falta de motivación, el miedo al cambio y las distracciones externas e internas. Es importante identificar estos distractores y superarlos para avanzar hacia nuestros objetivos y alcanzar el éxito.