La transformación digital ha generado una enorme cantidad de información y datos, lo que ha cambiado significativamente nuestro mundo y la forma en que trabajamos. En este nuevo contexto de carrera, es necesario adoptar una mentalidad de aprendizaje constante y enriquecer nuestras habilidades con el lifelong learning, es decir, el aprendizaje permanente. Pero, ¿qué nos motiva a aprender? La respuesta es compleja y varía de persona a persona, ya que cada uno tiene su propio ikigai, es decir, su propósito de vida, que puede estar relacionado con lo que ama, lo que hace bien, lo que puede ser pago para hacer y lo que el mundo necesita.
Es importante recordar que hay múltiples carreras y líneas de aprendizaje, y que cada persona tiene su propio ritmo y estilo de aprendizaje. Para entender mejor estos estilos, podemos recurrir a la teoría de Kolb, que describe cuatro estilos básicos: el aprendizaje experiencial, el aprendizaje reflexivo, el aprendizaje teórico y el aprendizaje activo. Comprender estas diferencias nos ayuda a adaptar nuestro enfoque de aprendizaje y aprovechar al máximo nuestras habilidades y fortalezas.