Lo que yo aprendí hoy es que los hábitos clave tienen un impacto significativo en cómo las personas organizan sus vidas. Al evaluar nuestros malos hábitos, podemos identificar las acciones que nos llevan a ellos. Por ejemplo, algunos procrastinadores retrasan el inicio de sus actividades porque las encuentran aburridas o creen que son difíciles de ejecutar. Una estrategia puede ser dedicar las primeras horas de trabajo a la organización del día, estableciendo tareas y horarios para cada una de ellas. Sin embargo, crear un hábito lleva tiempo y esfuerzo, y es importante no tener expectativas demasiado altas desde el principio. Es posible establecer hábitos positivos para abordar actitudes perjudiciales para la productividad y la atención, y aunque se cometan errores, se puede comenzar de nuevo cuantas veces sea necesario, siempre revisando y aprendiendo del progreso.